La llegada de un gato nuevo a casa es un momento emocionante, pero también puede ser una experiencia desafiante tanto para el gato como para los humanos. A diferencia de otros animales, los gatos son más sensibles a los cambios de entorno, lo que hace que una adaptación adecuada sea clave para su bienestar. Acompañar con paciencia y respeto esta transición no solo minimizará el estrés, sino que mejorará el vínculo y la convivencia desde el inicio.
Preparativos antes de la llegada
Para que el nuevo gato se sienta seguro y bienvenido, es crucial preparar el entorno con antelación:
- Crea un espacio seguro: Designa una habitación tranquila de la casa donde el gato pueda sentirse protegido. Este «refugio» debe contar con una cama cómoda, un comedero, un bebedero y un arenero accesible.
- Objetos familiares y confortables: Los juguetes, mantas o rascadores pueden ayudar a que el gato tenga objetos que asocie con entretenimiento o descanso. Si el gato proviene de otro hogar o refugio, intenta traer un artículo con su olor para que lo ayude a sentir familiaridad.
- Preparación de otros animales: Si tienes otros gatos o animales, asegúrate de que estén preparados para la llegada del nuevo miembro. Puedes utilizar técnicas como intercambiar mantas o juguetes entre ellos para que empiecen a reconocer su olor antes del primer encuentro, pero eso se hará más adelante, una vez que el gato se haya adaptado al hogar, los ruidos, los olores, a los humanos… Recuerda: no hay prisa.
El primer día en casa
El primer día es crucial para establecer una buena base:
- Permite la exploración a su ritmo: Al llegar, lleva al gato directamente a su espacio seguro y deja que explore sin presiones. Algunos gatos tardarán minutos en sentirse cómodos, mientras que otros pueden esconderse durante horas o días bajo una cama o armario. Dale el tiempo que necesite, no le fuerces a salir bajo ningún concepto.
- Evita el contacto forzado: Dale tiempo para que te observe desde la distancia. Trata de hacerle señales de calma, puedes hablarle con un tono calmado y relajado, pero si tiene miedo seguro que te agradecerrá que no lo hables. Evita forzar el contacto físico, invadir su espacio o acercarte si ves que no se siente cómodo.
- Supervisión y paciencia: Observa su comportamiento durante las primeras horas y responde a sus necesidades, pero sin ser intrusivo. Si el gato tiene mucho miedo o no se siente seguro es preferible que al inicio entre en la habitación una única persona, para que el gato tome confianza con ella.
Presentaciones progresivas (si tienes otros animales)
La introducción con otros animales debe ser lenta y controlada. Como ya hemos comentado antes, es primordial que el gato primero se sienta seguro, confiado y conozca la casa y a las personas, antes de presentarle a otros gatos, perros o animales. Esto puede durar unos días o unas semanas dependiendo del individuo. Una vez pasado este tiempo, podemos comenzar con las presentaciones.
- Olores como primer paso: Antes de que se vean, intercambia mantas o juguetes para que los animales se familiaricen con sus olores. Puedes intercambiar las estancias para que los animales de casa puedan oler la habitación del nuevo miembro (sin que el gato nuevo esté en ella) y puedes ir mostrando nuevas estancias o espacios al nuevo gato (siempre que el resto de la familia animal no se encuentre en esas zonas).
Las presentaciones entre gatos, deben hacerse de manera gradual, sin prisa y atendiendo a las necesidades de los gatos, ellos marcan los tiempos siempre. El tema de las presentaciones es algo muy amplio, debe de seguirse un protocolo preciso, es por eso, que trataremos más ampliamente este tema en otro post.
Refuerzo positivo y respeto a su ritmo
Es fundamental generar confianza en tu nuevo gato:
- Recompensas y juegos: Usa comida y sesiones de juego para que asocie tu presencia con momentos agradables. Esto puede ayudar a que se sienta seguro contigo.
- Respetar su ritmo: No todos los gatos se adaptan al mismo tiempo. Algunos necesitan más espacio y tiempo. Observa su lenguaje corporal para detectar señales de estrés, miedo o comportamientos defensivos.
Problemas comunes
Es posible que surjan situaciones inesperadas durante el proceso de adaptación:
- Maullidos: Sobretodo en gatos bebés, es normal que maullen las primeras noches, llaman a su familia para ver si le oyen y le contestan.
- Reacciones defensivas: bufidos o gruñidos son comunes al principio. Para el gato somos completos desconocidos y se siente atrapado. Si ves que reacciona así, retrocede, seguramente hayas traspasado su distancia de seguridad. No los fuerces a interactuar.
- Cambios en el apetito o comportamiento: La pérdida de apetito o escondites prolongados pueden indicar estrés. Es importante observar si el animal come los primeros días. Revisar si el pienso se termina o si utiliza el arenero. No dejes que el gato esté días sin comer. Ofrece comida rica, olorosa aunque no sea muy sana, es mejor que coma algo sea lo que sea, en situaciones como esta.
Conclusión
La clave para una adaptación exitosa es la paciencia, la atención y el respeto por el tiempo que necesita el nuevo gato para sentirse en casa. Lo más importante es que sienta seguro en el entorno. Para ellos supone mucho cambiar de territorio, llegar a un lugar con olores nuevos, sonidos nuevos y personas nuevas. Un entorno seguro y el amor constante ayudarán a construir un vínculo sólido, reduciendo el estrés y mejorando su calidad de vida. Evidentemente, no tardará lo mismo en adaptarse un bebé, que un gato abandonado, un gato enfermo, un gato que ha perdido a sus humanos…
No dudes en buscar la ayuda de un especialista en comportamiento felino si el proceso se complica, ya que cada gato es único y sus necesidades pueden ser distintas.
